Campanópolis la aldea medieval de Buenos Aires es una visita obligada si estás en la capital de Argentina. En este post te contamos la historia del lugar, dónde queda, cómo llegar, costos de la entrada a Campanópolis en 2021 y algunos detallecitos más.
- Campanópolis la aldea medieval de Buenos Aires
- ¿Cuál es la historia de Campanópolis?
- ¿Cómo es Campanópolis, la aldea medieval por dentro?
- ¿Qué ver dentro del predio?
- ¿Cuánto cuesta la entrada a Campanópolis?
- ¿Qué días abre Campanópolis?
- ¿Dónde queda Campanópolis?
- ¿Cómo llegar a Capanópolis?
- Recomendaciones para visitar Campanopolis
Campanópolis la aldea medieval de Buenos Aires
Aunque Campanópolis es conocida como la aldea medieval de Buenos Aires, te cuento que de medieval tiene sólo el estilo. Esta aldea fue construida a fines del siglo XX, aunque su creador se inspiró en libros de arquitectura medieval. Por momentos sentís que estás en el escenario de un cuento, en otros en algún rincón de Europa y en otros, sentís que estás en medio del conurbano bonaerense. Crisol entre lo extraño, insólito y original, Campanópolis la aldea medieval contemporánea es un lugar que no podés dejar de visitar.
¿Cuál es la historia de Campanópolis?
Se dice que en 1976 Antonio Campana adquirió un predio de 200 hectáreas para construir su casa de fin de semana, Sin embargo, con la dictadura militar las tierras fueron expropiadas y usadas como basurero por el CEAMSE.
Tuvo que recurrir a la justicia hasta que tras largos años de batallas legales recuperó sus tierras…imaginate lo que debió haber sido que sus tierras estuvieran repletas de basura. De hecho, a algunos kilómetros a los alrededores de la aldea se ven muchísimas bolsas de basuras. No sabría decirte cuán antiguas son, pero hasta quizás son de esa época.
Y aunque Antonio no se despertó un día y dijo “voy a crear Campanópolis, la aldea medieval de Buenos Aires”, lo cierto es que todo el lugar fue ideado por él. Si bien seguía con la idea de su predio de fin de semana, en el medio de la cuestión se enteró que tenía un cáncer terminal y que no le quedaban muchos años de vida.
Así que quiso aprovechar sus últimos años de vida recreando viviendas medievales, de esas que veía en Italia, la tierra de sus padres. De a poco comenzó a diseñar algunas construcciones que se fueron transformando en lo que hoy es Campanópolis. En 2008 Antonio fallece y quedó la aldea tal cual es hoy. Si bien se hacen trabajos de mantenimiento en el lugar, no se construyó nada más. De hecho se puede ver a lo lejos algún esqueleto de edificio a medio construir.
Si querés saber más sobre la historia de Antonio Campana te recomiendo que visites este link.
¿Quién es el dueño de Campanopolis?
Antonio Campana fue el ideador y creador de la aldea. Al fallecer, sus hijos se hicieron cargo de Campanópolis.
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¿Cómo es Campanópolis, la aldea medieval por dentro?
La aldea es muy peculiar. Prácticamente ha sido construída con materiales reciclados, principalmente del desguace del ferrocarril y de las demoliciones de las mansiones de Buenos Aires. Antonio iba a los remates y se llevaba de todo, desde lámparas hasta marcos, puertas, ventanas.
Y lo más extraño son los lugares en donde se ubica cada cosa. Podés encontrar puertas en el techo, los pisos con baldosas al revés, patas de cama decorando los techos y hasta monedas argentinas en los marcos de la puerta. Casi todo tiene una historia por descubrir.
¿Qué ver dentro del predio?
Aldea
Ni bien entrás a la aldea, en la Rotonda principal se puede ver el cartel típico de Campanopolis. Hacia adelante el Salón Pacífico, nombrado así ya que en su exterior tiene varias columnas de lo que hoy conocemos como el centro comercial Galerías Pacífico. También encontrás la Intendencia, y la parte de los Camarines. Este último lugar es utilizado por la gente que hace books de fotos para cambiarse.
Hacia el centro de la aldea encontramos la Plaza principal y más adelante la Casa colonial, que es una de las pocas casas que fue diseñada por arquitectos, ya que Antonio pretendía usarla como casa de fin de semana.
También está la Casa de Rosas, nombrada así ya que al principio se pensaba que era propiedad de Juan Manuel de Rosas, aunque luego descubrieron que no le perteneció. Esta es la casa más antigua del lugar. Muy cerquita encontrás la Casa de Piedra y la Torre mirador.
No podés perderte las 8 estatuas, aunque en la actualidad hay una que ya no está. Cuenta la historia, que estas estatuas estaban en un depósito de Rosario a punto de ser fundidas, de hecho las llegaron a cortar al medio, hasta que Antonio las rescató y las hizo parte de su villa.
Y por último hay dos casonas que a mi parecer son preciosas y no te podés perder. Una es la Cebolla, llamada así porque anteriormente Antonio tenía una plantación de cebollas en ese lugar y la Casa proa de barco, que en su parte delantera simula ser una proa de barco. Como verán los nombres de las construcciones son bastante deducibles o están relacionados con la historia de cada lugar.
Museos
Hay varios museos dentro de Campanopolis. El Museo Don Antonio muestra la oficina del ideador de la aldea junto con objetos personales y fotos aéreas de lo que era antes el predio. El Museo de la Madera con muchos elementos de este material, desde morteros gigantes, patas de camas decorando las columnas, hasta una cardadora de lana de colchón.
El Museo de los Caireles que está precioso repleto de caireles colgando y el Museo del Hierro que está lleno de objetos extrañísimos de este material. Este último museo tiene dos pisos y es el único lugar que está permitido subir las escaleras.
Pasajes
La aldea tiene 4 pasajes:
Pasaje del Buho, pues Antonio decía que en lo alto del pasaje se veían unos búhos.
Pasaje del Profesor Corso, en honor a su amigo e historiador que investigó los orígenes del predio.
Pasaje Liverpool, porque tiene un cartel que aparentemente viene de aquellas latitudes.
Pasaje de la Campanita, simplemente porque en una de las paredes había una campana, que aunque se cayó hace un tiempo y no volvieron a colocarla, se puede ver el lugar en donde estaba.
12 casitas del bosque
Esta es una de las partes más lindas de la aldea. Como su nombre lo dice son 12 casitas rodeadas de árboles, cada una con un estilo diferente.
El molino y el ferrocarril
Podés pasar por la puerta del molino y sentirte como si viajaste de González Catán a Holanda en 5 minutos. Me resultó asombroso verlo ahí, aunque no sé cuál será su origen te invita a volar con la imaginación al viejo continente.
Y a lo lejos podés divisar el vagón de ferrocarril, aunque actualmente no se puede ir a visitarlo de cerca.
Villa Nueva
Esta es la última parte que creó Antonio. En un principio la quisieron llamar Villa Borghese, pero todos la conocen como Villa nueva. Aunque muchas de las construcciones aún no tiene un nombre oficial, se caracterizan por ser bastante diferentes a la aldea. Hay una de las construcciones que tienen una onda medio árabe, otras que son finitas y altas tipo las casas de Ámsterdam, otra que pinta una especie de mini Partenón.
También está la casa en honor a Gaudí, que parece que Antonio era admirador de este artista, y cerquita las escaleras al cielo.
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¿Cuánto cuesta la entrada a Campanópolis?
La entrada a Campanópolis, la aldea medieval incluye la visita guiada con la explicación del lugar, la historia y los recovecos. Dura aproximadamente 1 hora y luego podés quedarte el tiempo que quieras dentro del predio. También incluye el estacionamiento dentro del establecimiento
- Adultos $1000
- Niños hasta 12 años $700
- Niños menores de 2 años gratis
- Personas con discapacidad gratis
¿Dónde comprar las entradas?
Las entradas se adquieren únicamente en su página web. Podés comprarlas hasta el día anterior a tu visita. No hay boleterías en el lugar y no te dejan entrar si no tenés tu ticket.
Comprar entradas para Campanópolis, la idea medieval en la web oficial.
¿Qué días abre Campanópolis?
Actualmente las visitas particulares son los sábados de 9 a 13 y los miércoles y viernes de 13 a 17. Podés chequear las fechas disponibles desde la web oficial.
¿Dónde queda Campanópolis?
Está ubicado en Gonzalez Catán, partido de la Matanza, a 40 km del centro de la Ciudad de Buenos Aires
¿Cómo llegar a Capanópolis?
Puede resultar medio engorroso para llegar ya que está medio trasmano
Ir a Campanópolis en auto
Para ir tomamos la autopista Riccheri, luego la Ezeiza Cañuelas hasta la salida 41. Ahí agarramos Blas Parera (que está hecha pelota) y luego la ruta 3. Esta es la ruta más rápida en teoría, pero mucho más larga.
A la vuelta, nos recomendaron ir todo derecho por la ruta 3. Fue mucho más directo, un poco más lento porque hay semáforos, pero si tuviéramos que volver tomaríamos este camino nuevamente.
Ir a Campanópolis en colectivo
Desde CABA el colectivo 86 (Gonzalez Catán por ruta 3) y el colectivo 88 te dejan en bariloche y ruta 3 (km 31). De ahí podés caminar unas 10 cuadras hasta la puerta de Campanópolis. La zona no es muy linda. También nos contaron que hay un colectivo sin número, que dice estación Gonzalez Catán que te lo tomás en donde te bajas en la ruta 3 y llega hasta la puerta de Campanópolis.
Dependiendo de dónde salgas, es un laargo camino en bondi.
Ir a Campanópolis en tren
Podés tomar la línea Belgrano Sur hasta la estación de Gonzalez Catán y ahí un remis (serán alrededor de 6 km)
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Recomendaciones para visitar Campanopolis
- Llegá bien temprano. La visita guiada dura 1 hora, pero no alcanza para ver todos los rincones. Priorizá ver los museos ya que es lo primero que cierra.
- Llevá agua y algo para picotear. Adentro de Campanópolis hay un kiosco pequeño que tiene muy pocas cosas…la buena noticia para los materos es que tienen agua caliente. También venden algunos souvenirs del lugar.
- No se permite hacer fuego, pero sí podés hacer picnic. Así podés llevarte el mate y algunos sandwichitos para comer con vista al molino, o a la sobra de alguna de las 12 casitas del bosque.
- No se puede subir a ninguna escalera ni entrar a los lugares que no están autorizados. La aldea es súper paqueta, pero de funcionalidad tiene poco. Muchos de los edificios son huecos, no tiene pisos, o tienen escaleras que conducen a la nada misma. Las construcciones no fueron pensadas para ser habitadas, (excepto unas pocas) con lo cual es un verdadero peligro meterse en lugares vedados.
- Sacá tus entradas con anticipación. Los cupos son limitados y en épocas de turismo puede que se acaben dichos cupos más rápido de lo habitual, especialmente si es fin de semana.
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