Ir al contenido

¿Serías capaz de dejarlo todo para irte de viaje?

Si me preguntabas hace un año si podría dejar todo por viajar sin dudas te respondía ¡ni loca! En serio, aunque no lo creas, yo era de las que miraba a otros viajeros y pensaba “nunca podré hacer esto”. Me parecía que para viajar tenías que ser súper hippie o millonaria…y claramente estoy muy lejos de ambas. Pero afortunadamente hubo algo, o mucho, que cambió.

¿Dejarlo todo por viajar?

Guardate esta info en Pinterest

Yo vivía en el bosque muy contento

No, en realidad no (y sin dudas estaba muy lejos de dejar todo por viajar). Vivía totalmente enajenada a ideas y valores, que no eran míos…el más común y peligroso: trabajar mil horas por día. Hay algo que me repregunto sin encontrar respuesta, y es ¿en qué momento empezamos a pensar que trabajar tanto está bien? ¿En qué momento caímos en la trampa de dedicarle tantas horas a nuestro trabajo y tan poco a nuestros seres queridos, a nosotros mismos?

Si no leíste mi post anterior en donde cuento que dejé mis trabajos para viajar te hago un resumen…amo mi profesión, tenía muchos trabajos que adoraba (y extraño a cada uno de mis pacientitos), pero me angustiaba terriblemente la idea de sentir que se me estaba yendo la vida entera trabajando.

Antes de la vida nómade y la pseudo-felicidad arraigada a lo laboral

¿El trabajo dignifica?

“Conformate” me decía un tigre viejo “nunca el techo ni la comida han de faltar, sólo exigen que hagamos las piruetas y a los niños podamos alegrar”. Pero en la vida real no son niños a los que tenemos que alegrar…es a la sociedad, que te hace creer que mientras más trabajás, más importante sos…son las personas para las que trabajamos que se enriquecen a costas de todo lo que estás perdiendo. Los que te valoran y califican directamente proporcional a las horas extras que metés…a cuánto dejas de lado de tu bienestar por beneficiar a la empresa que te paga el sueldo.

Suponete que trabajás 10 horas por día…viajás 2…sumale 6 horas de sueño (mínimo porque con la vida que llevás 6 seguro no te alcanzan)…sumale 2 de las actividades de la vida diaria, como cocinar, comer, bañarte, ir a hacer las compras…todo eso suma 20 horas! te quedan sólo 4 por día para dedicarte a hacer algo para vos, para estar con tus seres queridos.

Sólo un sexto de tu día, para las cosas que en teoría te dan felicidad. No hace falta ser terapista ocupacional para darte cuenta que todas tus ocupaciones están totalmente desbalanceadas… ¿por qué será que hay tantas personas estresadas? ¿Tanta gente con problemas del corazón, ACV? ¿No será que nos estamos adaptando a un ritmo, socialmente impuesto, que no va acorde a nuestro cuerpo?

Y con esto, no quiero que pienses ni que no hay que trabajar…ni que “el trabajo dignifica”. Algunos de ustedes pensarán, “qué maravilloso cómo piensa”, otros pensarán “vive en su mundo mágico de unicornios de colores” y otros “esta piba no sabe nada”.

Cada uno es libre de pensar lo que quiera. Pero lo más importante, que quiero que te lleves de este post, es que te preguntes si realmente sentís que tu trabajo es una ocupación significativa que te permite disfrutar lo que te hace feliz, o simplemente es una mera ocupación que sostenés para tener dinero para pagar un montón de cosas (de las cuales seguramente muchas no necesitás).

Y si me preguntás a mí, lo que verdadera dignifica, es tener un trabajo que te haga feliz, que te haga crecer y que te permita realizar lo que realmente considerás que es importante para vos. ¿Tu trabajo dignifica? Y si lo hace, ¿por qué estás pensando tanto el dejar todo por viajar?

¿Dejar todo por viajar? ¿Esto sería todo?

No tengo nada y tengo tengo todo

Soy rica en sueños y pobre pobre en oro, diría la Floricienta. Es muy loco habitual, que los cambios que hacemos están influenciados por muchos factores.

Casualmente o causalmente, hace unos meses, una gran amiga me pasó el canal de Youtube de Minimalistamente, y fue el momento en dónde hice ese insight de decir… ¿para qué necesito tantas cosas?, lo que se transformó posteriormente en ¿para qué tengo que trabajar tanto si estoy gastando dinero en cosas que no necesito?

Nunca fui muy compradora compulsiva ni acumuladora, de hecho siempre estuve bastante en contra de eso, y tenía lo que consideraba funcional y necesario. El tema es que consideraba que me servían demasiadas cosas. Para que te des una idea, tenía 12 repasadores (oops! me parece que si era algo acumuladora, ¿o no todos los somos en algún aspecto?), y para mí eran recontra funcionales los repasadores…pero podía tener la misma funcionalidad con 3.

Así, empecé a rever todas mis pertenencias, ropa, decoración, elementos de cocina, y me di cuenta que tenía un montón de cosas por si… “este jean que usaba hace unos años por si bajo los kilos que tengo de más” “estos montones de telas, cartulinas, goma eva, por si tengo que hacer alguna artesanía” “estos libros acumulados en la biblioteca por si los quiero volver a leer”.

Y ese fue el empujoncito que necesité, no sólo para deshacerme de los que necesitaba, sino para no salir a comprar y gastar más dinero en cosas que no me hacían feliz.

Hay una gran frase de Mujica, que si me seguís en facebook seguro te la topaste, que es: “cuando yo compro algo, o tu, no lo compras con plata, lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener esa plata. Pero con esta diferencia: la única cosa que no se puede comprar es la vida. La vida se gasta. Y es miserable gastar la vida para perder la libertad”.

¿Estás con ganas de viajar largo? Sumate a esta Masteclass

Soltar y esperar

Como diría Abel Pintos, empecé a soltar. Si bien todavía no estaba muy definido el destino de mi viaje, arranqué a vender todas las cosas que ya no usaba.

Hice una feria en casa con mis amigas, publiqué otras por mercado libre, y lo que iba recaudando sabía que sería destinado al viaje. Fue un proceso muy lindo, porque mis amigas me decían “me encanta esto, me trae recuerdos nuestros”, o “quiero esto porque me hace acordar a vos”, y no fue un desprendimiento de dejarle a los otros cosas en contra de su voluntad, sino que se que cada una de mis cosas las tiene alguien porque realmente las quieren tener. Aún me queda mucho por soltar, pero sé que vengo por buen camino.

Chau chau adiós

Estoy un tanto musical hoy. Entra tantas cosas que despedí, una de las más significativas fue dejar mi departamento. No tanto por el departamento en sí, porque hacía dos años que lo estaba alquilando no más, sino por todo lo que significa tener un espacio para mi.

No te voy a aburrir contándote mi caos familiar, porque es para hacer una novela de Thalía de mínimo 4 temporadas, pero resumidamente, me fui de mi casa a los 19 con una mano atrás y otra adelante. Nadie me ayudó jamás desde lo económico, y todo lo que tuve fue gracias a mi trabajo. Amoblé la casa, compré mi ropa, electrodomésticos, ahorré para cada vez que tenía que renovar los contratos de alquiler…costó y mucho. Con lo cual, dejar el departamento significaba dejar todas cosas que con tanto esfuerzo fui adquiriendo a lo largo de los años.

Pero paradójicamente ahí está el quiebre. Son cosas. Que algunas necesito obviamente, pero muchas no. Y todas esas muchísimas cosas que tenía y no necesitaba, no hacen a mi hogar. Así que despedí mi departamento, me vine a vivir a una residencia en donde pago un cuarto de lo que pagaba antes y sigo teniendo mi lugar.

Dejar todo por viajar

Cuando la gente me pregunta ¿vas a dejar todo por viajar? pienso que no es tan así. Sí y no…depende…¿qué es todo para vos?
Siento que sí me estoy desapegando. Aunque nada nos pertenece, y en el fondo lo sabemos, seguimos sintiéndonos dueños de todo lo que nos rodea, cosas, personas, trabajos. Queremos controlarlo todo…anticiparnos ante lo que pueda ocurrir para protegernos de lo que nos angustia. Pero no tenemos nada, ni podemos controlar lo que nos rodea.

Lejos de ser un gurú estilo zen, me entristece un montón alejarme físicamente de la gente que quiero…me parte el corazón dejar de compartir momentos con mis seres queridos. Y si fuera por mi, me los llevaría a todos adentro de la mochila. Pero sé que cada uno es libre de elegir lo que quiere y parte de amarlos significa respetar que ellos no quieran hacer lo mismo que yo.

Entonces no! no, siento que estoy dejando todo para irme de viaje…siento que estoy soltando, fluyendo, y entendiendo, muy de a poquito, que nada es mío.


Algunos de los enlaces del post forman parte de programas de afiliación, es decir que si comprás a partir de estos links Matecito Viajero recibe una pequeña comisión que se destina a los gastos mensuales de manutención del blog.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *