Si me preguntabas hace un año si podría dejar todo por viajar sin dudas te respondía ¡ni loca! En serio, aunque no lo creas, yo era de las que miraba a otros viajeros y pensaba “nunca podré hacer esto”. Me parecía que para viajar tenías que ser súper hippie o millonaria…y claramente estoy muy lejos de ambas. Pero afortunadamente hubo algo, o mucho, que cambió.
¿Dejarlo todo por viajar?

Yo vivía en el bosque muy contento
No, en realidad no (y sin dudas estaba muy lejos de dejar todo por viajar). Vivía totalmente enajenada a ideas y valores, que no eran míos…el más común y peligroso: trabajar mil horas por día. Hay algo que me repregunto sin encontrar respuesta, y es ¿en qué momento empezamos a pensar que trabajar tanto está bien? ¿En qué momento caímos en la trampa de dedicarle tantas horas a nuestro trabajo y tan poco a nuestros seres queridos, a nosotros mismos?
Si no leíste mi post anterior en donde cuento que dejé mis trabajos para viajar te hago un resumen…amo mi profesión, tenía muchos trabajos que adoraba (y extraño a cada uno de mis pacientitos), pero me angustiaba terriblemente la idea de sentir que se me estaba yendo la vida entera trabajando.

¿El trabajo dignifica?
“Conformate” me decía un tigre viejo “nunca el techo ni la comida han de faltar, sólo exigen que hagamos las piruetas y a los niños podamos alegrar”. Pero en la vida real no son niños a los que tenemos que alegrar…es a la sociedad, que te hace creer que mientras más trabajás, más importante sos…son las personas para las que trabajamos que se enriquecen a costas de todo lo que estás perdiendo. Los que te valoran y califican directamente proporcional a las horas extras que metés…a cuánto dejas de lado de tu bienestar por beneficiar a la empresa que te paga el sueldo.
Suponete que trabajás 10 horas por día…viajás 2…sumale 6 horas de sueño (mínimo porque con la vida que llevás 6 seguro no te alcanzan)…sumale 2 de las actividades de la vida diaria, como cocinar, comer, bañarte, ir a hacer las compras…todo eso suma 20 horas! te quedan sólo 4 por día para dedicarte a hacer algo para vos, para estar con tus seres queridos.
Sólo un sexto de tu día, para las cosas que en teoría te dan felicidad. No hace falta ser terapista ocupacional para darte cuenta que todas tus ocupaciones están totalmente desbalanceadas… ¿por qué será que hay tantas personas estresadas? ¿Tanta gente con problemas del corazón, ACV? ¿No será que nos estamos adaptando a un ritmo, socialmente impuesto, que no va acorde a nuestro cuerpo?
Y con esto, no quiero que pienses ni que no hay que trabajar…ni que “el trabajo dignifica”. Algunos de ustedes pensarán, “qué maravilloso cómo piensa”, otros pensarán “vive en su mundo mágico de unicornios de colores” y otros “esta piba no sabe nada”.
Cada uno es libre de pensar lo que quiera. Pero lo más importante, que quiero que te lleves de este post, es que te preguntes si realmente sentís que tu trabajo es una ocupación significativa que te permite disfrutar lo que te hace feliz, o simplemente es una mera ocupación que sostenés para tener dinero para pagar un montón de cosas (de las cuales seguramente muchas no necesitás).
Y si me preguntás a mí, lo que verdadera dignifica, es tener un trabajo que te haga feliz, que te haga crecer y que te permita realizar lo que realmente considerás que es importante para vos. ¿Tu trabajo dignifica? Y si lo hace, ¿por qué estás pensando tanto el dejar todo por viajar?

No tengo nada y tengo tengo todo
Soy rica en sueños y pobre pobre en oro, diría la Floricienta. Es muy loco habitual, que los cambios que hacemos están influenciados por muchos factores.
Casualmente o causalmente, hace unos meses, una gran amiga me pasó el canal de Youtube de Minimalistamente, y fue el momento en dónde hice ese insight de decir… ¿para qué necesito tantas cosas?, lo que se transformó posteriormente en ¿para qué tengo que trabajar tanto si estoy gastando dinero en cosas que no necesito?
Nunca fui muy compradora compulsiva ni acumuladora, de hecho siempre estuve bastante en contra de eso, y tenía lo que consideraba funcional y necesario. El tema es que consideraba que me servían demasiadas cosas. Para que te des una idea, tenía 12 repasadores (oops! me parece que si era algo acumuladora, ¿o no todos los somos en algún aspecto?), y para mí eran recontra funcionales los repasadores…pero podía tener la misma funcionalidad con 3.
Así, empecé a rever todas mis pertenencias, ropa, decoración, elementos de cocina, y me di cuenta que tenía un montón de cosas por si… “este jean que usaba hace unos años por si bajo los kilos que tengo de más” “estos montones de telas, cartulinas, goma eva, por si tengo que hacer alguna artesanía” “estos libros acumulados en la biblioteca por si los quiero volver a leer”.
Y ese fue el empujoncito que necesité, no sólo para deshacerme de los que necesitaba, sino para no salir a comprar y gastar más dinero en cosas que no me hacían feliz.
Hay una gran frase de Mujica, que si me seguís en facebook seguro te la topaste, que es: “cuando yo compro algo, o tu, no lo compras con plata, lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener esa plata. Pero con esta diferencia: la única cosa que no se puede comprar es la vida. La vida se gasta. Y es miserable gastar la vida para perder la libertad”.
✈️ Buscador de Vuelos baratos
🚕 Traslados desde el Aeropuerto a tu hotel
🌎 US$10 de regalo en tu membresía Worldpackers
🚌 €10 de regalo en Omio
📱 5% de descuento en Sim Local con el código MATECITO
🩺 5% de descuento en Assist-365 con el código MATECITO
🚗 Alquiler de auto al mejor precio
🌄 Las mejores excursiones en español